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  • Katuetxe Hernani

¿Por qué no adoptas un gato?



-Tu gata es cariñosa? Es que nosotros estamos acostumbrados a los perros pero no podemos tener uno, y hemos pensado en tener un gato, pero siempre me han parecido antipáticos, aunque cada vez que te videollamo veo a tu gata a tu lado.


Es la conversación que tuve con un compañero de trabajo. Los gatos, por desgracia, están rodeados de una mala fama injustificada. Y siempre que se hace la comparación entre perro y gato, parece que lo único bueno de los gatos es que no hay que sacarlos.


Yo también pensaba así en su día, ya que antes de mi gata, había tenido 4 perros (a lo largo de mi vida, no a la vez). Pero la realidad es la misma que con los perros: cada animal tiene su carácter, y tenemos que adoptar al que más se adapte a nosotros y a nuestro ritmo de vida.

Hay perros simpatiquísimos, y hay perros antipáticos. Y hay perros que te saludan según entras a casa, y hay perras como las de mis padres, que te saludan alegremente y mueven mucho el rabo, pero lo hacen desde el sofá.


Y hay gatos a los que les gusta estar más a su aire, y también hay gatos a los que les gusta estar todo el rato con nosotros. Mi gata, por ejemplo, no es muy mimosa, no es de esas que se te echan encima para que les acaricies, pero siempre está en la misma habitación que nosotros, y desde que le he puesto su manta favorita en mi mesa, se pasa mi jornada laboral a mi lado. En cuanto llegamos a casa, viene a saludarnos; y nos pide que juguemos con ella (acaba de descubrir que le encanta robarnos las mascarillas). Incluso, cuando hemos pasado algunos días fuera, parece que nos echa la bronca cuando volvemos, nos maúlla como diciendo: "¡cuánto habéis tardado!"


Es innegable que hay tópicos ciertos, como que exigen menos atención que los perros, aunque esto también es relativo: es cierto que no hay que sacarlos, pero requieren atención, como cualquier ser vivo. Hay que limpiarles el arenero a menudo, hay que jugar con ellos (sobre todo teniendo en cuenta que un gato doméstico que no sale de casa no hace ningún otro tipo de ejercicio), y hay que estimularles para que no se aburran, ya que son seres muy inteligentes. También es necesario adaptarnos a sus necesidades, como por ejemplo, comprarles un rascador (si rascan los muebles es porque necesitan rascar, no por fastidiar), y también hay que tener en cuenta que a los gatos les gusta estar en lugares elevados, porque se sienten seguros ahí. Por supuesto, a diferencia de un perro, si nos vamos fuera un fin de semana, no habrá que preocuparse de sacarlos 3 veces al día, aunque dependiendo del carácter del gato en cuestión, sí que podría necesitar una visita de un rato al día para jugar y desfogarse (hay asociaciones que ofrecen este servicio, pregunta a tu alrededor).


Reducir las ventajas de tener gato a que es fácil cuidarlos es injusto para ellos. Hablo como madre primeriza de gatos: son muy, MUY divertidos. Algunos son divertidos porque su curiosidad les hace meterse en lugares extraños (a la mía la encontramos una vez en el cajón del secador de pelo), otros lo son porque cuando tú quieres jugar, pasan de ti y quieren mimos; y otros porque su juguete favorito son unos calcetines que nos ha robado.


Pero como animales domésticos, dependen de nosotros y necesitan afecto y atención. Y ellos también nos recompensarán con su cariño. Cada uno lo hace a su manera (como hacemos nosotros), pero nos demuestran que nos quieren a cada momento. En la imagen, mi gata en un día de trabajo habitual desde el confinamiento.

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